Hasta ahora todos los viajes que he hecho de desconexión han sido en la bicicleta, primero el camino de santiago desde león, luego desde los pirineos, la vuelta a España, y tantos más siempre fueron en bicicleta, por lo que tengo mas que «dominado» las aventuras en bici, sin embargo, en esta oportunidad mi cuerpo me pedía algo distinto, quizás por el buen sabor que me dejaron los picos de Europa, pero la verdad en mi cabeza solo estaba el probar una aventura andando.
Ya de por si la bicicleta y el caminar son muy distintos, la velocidad, la libertad e incluso los grupos musculares que se trabajan son distintos… en cuanto a equipo iba mas o menos completo, había comprado para los picos de Europa mochila, bastones, la cocina y el saco… tenia todo menos unos zapatos que me ayudaran en mi aventura.
Para ir a lo seguro compre los mismos que había llevado la ves anterior, pero el frio es mal compañero y me daría cuenta de esto mas adelante…
solo hicieron falta 6 horas de caminata para darme cuenta de que me habia equivocado al escoger la talla de las zapatillas, creo que el frio hizo que se me encogiera un poco los pies el dia que me las probé, pero al caminar, y sobretodo el las bajadas era evidente que se me quedaba pequeño.
El resultado del primer día fueron dos ampollas muy grandes, una arriba del dedo pequeño y una por debajo, al segundo día todo el dedo quedo envuelto en una sola burbuja y el surgimiento de dos mas por pisar mal
esta ves no pudo ser llegar a Finisterre, por eso dicen que la experiencia es un grado, por que te hace aprender de los errores! Menos mal que esta vez no fue una subida a algún pico, si no las heridas hubieran sido mucho peores!