Por fin, 5 días después de haber vuelto de la aventura es que puedo despertarme a tiempo para escribir un poco en el ordenador… llevaba estos días (sobretodo los 2 primeros) durmiendo mas de 11 horas seguidas, así que de antemano te puedo decir que ha sido una aventura muy pero muy exigente a nivel físico, sobretodo teniendo en cuenta que estoy muy acostumbrado a la bicicleta, que trabaja unos grupos musculares distintos a los que se trabaja al caminar… así que sin mas preámbulos vamos allá:
La aventura empezó con un largo viaje en coche, vivo en Vigo, que esta (según google) a 5 horas de los picos de Europa, los que se convirtieron realmente en 6 horas y media, eso si, con unas vistas a lugares magníficos!
Lo bueno de esta espera es que te prepara mentalmente para lo que se viene, te dan las ansias de salir del coche y empezar a caminar… literalmente cada vez que se veía un grupo de montañas a lo lejos en la carretera decíamos que seguro era ese nuestro destino, hasta que desde la carretera se pudo apreciar el inconfundible «Picú»…
Dejamos el coche en el pueblo de Sotres y nos cargamos a la espada las pesadas mochilas donde llevábamos todo lo necesario para pasar la noche en la montaña (siendo sincero era la primera vez que me proponía hacer una montaña cargando tanto peso).
Las ansias de comenzar a caminar eran tales que hicieron que nos pasáramos por alto un mapa que indicaba que camino teníamos que seguir y evidentemente acabamos cogiendo un camino distinto, lo que nos hizo pasar de una travesía de 3 horas hasta el refugio de Urriellu a una travesía de 8 horas hasta el refugio cabaña verónica!
Iniciamos la travesía a las 12 del día, por lo que antes incluso de llegar al refugio se estaba haciendo de noche… nuestra idea era dormir al raso, por lo que a las 7:30 pm ya con el refugio a la vista decidimos quedarnos en un llano que nos ofrecía la pendiente, durmiendo por encima las «neveras» de hielo y por debajo de un cielo estrellado…
La mañana nos ofreció uno de los espectáculos mas hermosos que he visto hasta ahora, al estar a más de 2000 metros de altura teníamos por debajo un mar de nubes que era bañado por el sol… con esas vistas y un café era suficiente para llegar a nuestro destino: Pico…. pico…. demonios, estábamos perdidos… mejor subir al refugio y preguntar que pico tenemos cerca, por que no teníamos ni idea de donde estábamos y mucho menos de por donde estaba el Torre Cerredo.
Una vez arriba, en el refugio vimos un pico que podía perfectamente ser nuestro destino: Pico Tesorero, que competía con el Cerredo en altura, con una diferencia de solo 20 metros… el guarda nos informo que Torre Cerredo era el pico mas alto de asturias y que Tesorero de 2620mts era el mas alto de Cantabria, por lo cual quedamos satisfechos y con un destino digno de ser subido!
Las vistas que te que tienes en la cima de las montañas son el regalo que se ofrece a los que suben hasta ellas, y esta créeme que no defrauda a nadie.
Para la bajada mi colega y yo decidimos separarnos… el quería bajar por una zona que llaman «el cable» un barranco bastante vertical, que va directo al refugio de urriellu, y yo prefería bajar a cabaña verónica; estaba bastante deshidratado y prefería bajar por las neveras de hielo, donde podía beber algo de agua helada.
La bajada me permitió ese momento de meditación que necesitaba, acompañado solo por el silencio y por mis pensamientos… son esos momentos los que me hacen apreciar aun mas la aventura que estaba viviendo.
7 horas después de separarnos y con muchas llagas en los pies por la bajada nos encontramos en el punto donde habíamos iniciado la subida, con mucho cansancio físico, pero con la mente y el espíritu totalmente renovado.
Quedo un poco de pena que solo fueran dos días… esas montañas te invitan a pasar muchas mas noches en la altura, pero eso sera para otra ocasión.
Si te gusta la montaña no dejes de visitar los picos de Europa, tienen rutas para cualquier condición física y para todas las edades!